Tu cuerpo es el templo que te indica cuándo necesita cambios y te advierte cuando algo no funciona correctamente. Estas señales podrían ayudarnos a prevenir una enfermedad o a identificar el mal funcionamiento de algún órgano. Por ello, es necesario darnos una pausa de la rutina y las obligaciones diarias, para prestar atención a lo que nuestro cuerpo nos quiere comunicar.
Si bien el trabajo espiritual cumple un rol en nuestro desarrollo, el cuidado físico también es importante para lograr un estado pleno de felicidad y paz. Y es que muchas veces el cuerpo refleja daños interiores de tu ser, por ello, es imprescindible que empieces a poner atención.
¿Sufres alteraciones en el peso?
Bajar y subir de peso constantemente no es bueno. Esto puede deberse a un desajuste hormonal que afecta tu salud, un estado anímico negativo, ansiedad, depresión, entre otros motivos. Es imprescindible que ante cambios bruscos en tu peso acudas a un profesional.
¿Miccionas y defecas diferente?
La orina te puede decir mucho sobre tu estado de salud. Tanto su color como olor puede reflejar si tu cuerpo está experimentando cambios positivos o negativos. En ocasiones incluso puede advertir de futuros problemas renales.
Las heces también son un indicador importante de nuestro cuerpo. Su color, textura y frecuencia podría decirnos si algo está mal con nuestros procesos fisiológicos. Asimismo, la frecuencia de tus evacuaciones es un indicador del funcionamiento de tu intestino. ¡Préstale atención!
Cambios físicos
La caída de cabello o resequedad, las uñas blancas, las grietas en los labios y la sequedad de la piel pueden ser señales de que no te estás alimentando correctamente. Recuerda que para mantener un cuero cabelludo sano hay que consumir alimentos ricos en biotina. Las vitaminas del grupo B también son importantes para tener la piel lúcida y las uñas fuertes. Por lo tanto, si experimentas alguno de los síntomas mencionados al principio, probablemente tengas déficit de estos nutrientes.
Los cambios físicos negativos también pueden ser motivados por el estrés, la toma de fármacos, los problemas de tiroides o en situación postparto.
Malestar digestivo: náuseas, dolor o vómitos
En ocasiones, los calambres estomacales y náuseas son indicios de diferentes tipos de cáncer (esófago, hepático, pancreático o colorrectal). También podrían manifestar la presencia de tumores ováricos, en el caso de las mujeres. Estos tumores presentan síntomas atípicos como aumento del perímetro abdominal, mala digestión, estreñimiento o pesadez.
¿Esmalte dental desgastado y encías inflamadas?
El esmalte de los dientes podría advertirnos sobre un problema gastrointestinal, reflujo de ácidos o, en el peor de los casos, cáncer de esófago. Aunque parezca mentira, las patologías en las encías pueden incrementar hasta un 20 % las posibilidades de sufrir problemas cardíacos.