Hay momentos en la vida en los que creemos que todo se desmorona. Lo que en realidad no sabemos es que, en momentos así, cuando nos sentimos desesperados y en un punto de no retorno, todo está cayendo en su lugar.
El cambio no siempre es bienvenido, pero es inevitable y muchas veces cuando creemos que nuestra vida es un completo caos, es porque todo se está acomodando para sincronizarse con nuestras verdaderas pasiones y deseos.
Las cosas que no te gustan se han vuelto insoportables.
No hay nada peor que sentirse molesto. Surge de la nada, como un mosquito mientras duermes, y empieza a picar, haciéndote rascar la piel hasta que sangra.
Cuando las pequeñas cosas sin sentido de la vida empiecen a molestarte, ten por seguro que está a punto de producirse un cambio. Tiene que ocurrir. Hay una cierta cantidad de negatividad con la que podemos lidiar antes de que la gota que colma el vaso. Algo se rompe y pasamos a la acción.
Te sientes perdido.
La mejor manera de encontrarse a sí mismo es perderse. Todos hemos escuchado estas palabras. Suena un poco al revés, pero eso es sólo hasta que descubrimos por qué. Cuando estás perdido no tienes dirección y cuando no hay dirección no hay deseo.
Cuando no hay deseo no necesitas nada y cuando no necesitas nada, es cuando tu alma empieza a hablar.
Aunque las cosas se vean fuera de control, en este momento estás en una disposición perfecta para aceptar todo lo que tu corazón está tratando de mostrarte completa e incondicionalmente. Ahora estás trazando tu nuevo camino y quizás lo que realmente necesitas es ese cambio radical que te ayude a poner en sintonía tu mente, cuerpo, corazón y alma.
Deja la incubadora.
¿Te has dado cuenta de que hay periodos en los que tu agenda está completamente repleta de aventuras, fiestas con tus amigos y familia, y viajes hasta un punto en el que sientes que apenas puedes seguir el ritmo? Por otro lado, el resto del año lo pasas aislado, incluso deprimido, pasando por una profunda introspección.
La duración de estos ciclos varía, pero todos pasamos por cambios de impulso a lo largo de nuestra vida. Necesitamos estos ciclos para formar nuestra perspectiva del mundo. Los momentos de introspección nos ofrecen un crecimiento emocional, psicológico y espiritual, mientras que los impulsos hacia el exterior se manifiestan como nuevas experiencias, viajes y ampliación de nuestros horizontes. Cuando te liberas del periodo de incubación, sientes que renaces.
Esto significa que te has tomado tu tiempo para recargar las pilas, dar un paso atrás y reevaluar las cosas y las personas que te rodean, con el fin de establecer otro objetivo y trazar un nuevo camino hacia una vida mejor.
Te sientes asustado, emocionado y ansioso al mismo tiempo.
La etapa de incubadora por la que has pasado llega por fin a su fin y ahora tienes un nuevo rumbo en la vida. Entonces, ¿qué es lo siguiente? Cuando algo te parece aterrador y emocionante al mismo tiempo …. debes ir y hacerlo.
Da el salto, ya que definitivamente sientes que algo grande está a punto de suceder y el impulso está creciendo. No tienes ni idea de lo que te espera, pero sientes que estás en el camino correcto y estás ansioso por ver lo que te espera al final del túnel.
En momentos así, no tiene sentido hacer grandes planes, ya que probablemente se cancelen o pospongan y sólo te darán dolores de cabeza y frustración. Has fijado tu objetivo, pero las energías aún se están alineando a medida que se desenvuelven los muchos resultados posibles. Necesitas explorar y evaluar cada uno de ellos antes de decidirte a seguir el camino que tu ser superior ya había elegido. Sé paciente, mantente abierto y déjate llevar por la corriente. Estos son tiempos emocionantes.
Sincronicidades.
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Cuando estés a punto de experimentar un cambio importante, empezarás a ver el número 5 en todas partes. El número 5 es la más clara de las señales de que necesitas cambiarte a ti mismo, o a las cosas que te rodean, porque estás atravesando tiempos de cambio que te transformarán para siempre.
Sin embargo, un cambio nunca debe ser percibido como positivo o negativo. Es simplemente necesario y está destinado a suceder.