Es un hecho menos conocido que la depresión puede aparecer en nuestras vidas en cualquier momento, de un momento a otro, sin previo aviso. Puedes estar en el momento más feliz de tu vida, y aun así puede aparecer sigilosamente.
La depresión es una enfermedad mental sigilosa. Puedes hacer la terapia y el tratamiento, el diario, la meditación, las afirmaciones y el trabajo de curación de energía todo lo que quieras, pero para algunos de nosotros puede volver en cualquier momento y todavía impactar negativamente en nuestras vidas.
Días emocionalmente agotados en la cama o caminando como un zombi sin motivación o dirección en la vida. Es como llevar un saco de piedras a la espalda que cada vez pesa más, hasta que finalmente te abruma por completo.
Una persona con depresión de alto funcionamiento puede fingir una enorme sonrisa en el exterior, mientras que en el fondo se está desmoronando. Su risa optimista y su apretada agenda no son más que una tapadera para las oscuras y ominosas sombras que les persiguen allá donde van.
Para algunos acaba en suicidio. Muchas de las vidas que se perdieron trágicamente el año pasado no se debieron directamente al virus del SARS-CoV-2. La pandemia también se ha cobrado la vida de muchas personas que sencillamente no pudieron afrontar el trauma de estos tiempos difíciles.
El mundo sigue siendo tan crítico con las enfermedades mentales, a pesar de la reciente pandemia que ha expuesto tan brutalmente su prevalencia en nuestra sociedad. La pandemia tampoco ha acercado a la gente, como cabría esperar. Por el contrario, ha desgarrado aún más a familias, amistades y lugares de trabajo que ya eran disfuncionales. Ha dado lugar a abusos, ira, odio, miedo e intolerancia.
Pero usted es más fuerte de lo que cree. Puede que incluso seas la roca de otra persona en este momento y ni siquiera lo sepas. Y si lo peor se cierne sobre ti, o sobre alguien a quien amas, invoca a tus ángeles, guías espirituales y antepasados para que te sostengan, te guíen y eleven tu energía.
Pídele al Espíritu, a Dios, a la Fuente, a lo Divino que aligere tu carga. Ríndete y deja que el espíritu sea tu estrella brillante cada día. Deja que tus ángeles y guías sean los que te escuchen, sin juzgar y te amen incondicionalmente. No importa donde estés en la vida, permite que el espíritu sea parte de tu vida. Pide lo que necesitas y agradece lo que recibes.
Tómate el tiempo para invertir en ti mismo. Ámate como lo hacen tus ángeles y guías: incondicionalmente. Sé fiel a ti mismo y haz de ti una prioridad en tu vida. Nunca pongas tus necesidades por detrás de las de los demás. Incluso con los niños – ellos notan el coraje y el amor propio en un padre y aprenden mucho de ello, así que esté allí para usted también. El resto se pondrá en su sitio.
Sepa que siempre hay alguien con quien hablar, incluso si se siente solo. Habla con tus ángeles. El Espíritu te escuchará, sólo tienes que pedirlo. Mientras tanto, empieza a ver tu vida como si tus objetivos ya se hubieran alcanzado. Visualiza un futuro más brillante. Esto elevará tu vibración. Sólo un poco a la vez. Cada paso es un paso adelante hacia una vida más feliz y tranquila.