Todos poseemos el don. La mayoría de nosotros no cree, o desea aprovechar nuestras habilidades psíquicas. Algunos de nosotros no estamos listos para usar el don para el bien, así que probablemente es bueno que Dios no permita a algunos de nosotros acceder a esa parte de nuestra psique.
Todos estamos en diferentes etapas de desarrollo, pero eso no significa que uno sea mejor que el otro – porque algunos tienen el don y otros no. Todo depende del momento divino. Debemos aprender a medida que se dan las lecciones, hasta que evolucionemos de tal manera que podamos aprovechar el don cuando estemos listos, o cuando Dios sienta que estamos listos para otorgarlo.
Una noche, mi querido abuelo fallecido vino a mí en un sueño. Estaba conduciendo un coche muy antiguo, que luego supe que tenía cuando hojeé las fotos de un viejo álbum familiar. Simplemente estaba allí, no decía nada. Abrazaba la luz que había traído consigo. Era un amor tan puro que me llenaba, y me sentía tan feliz y contenta. También supe y sentí que había otros seres de luz presentes, que quizá le habían ayudado a darse a conocer a mí.
Se acercó a mí para que pudiera despedirme de él y decirle que le quiero. Me sentí muy bien al poder despedirme. Le dio a mi mente la sensación de calma y cierre que necesitaba. Necesitaba despedirme, porque nunca tuve esa oportunidad mientras él estaba vivo.
Durante su visita, mi abuelo también me hizo el regalo, y al hacerlo también probé la dichosa energía del más allá. En vida siempre me decía que, si podía, algún día vendría desde el otro lado a visitarme. Lo hizo y se lo agradezco.
La vida es eterna; y el amor es inmortal; y la muerte es sólo un horizonte; y un horizonte no es más que el límite de nuestra vista ~ R. W. Raymond
Creo que desde entonces he podido entrar en contacto con seres queridos que han cruzado al otro lado sólo porque inicialmente había pedido a Dios que me permitiera tener ese encuentro con mi abuelo. Tuve que pedir para recibir; tuve que llamar para abrir esa puerta al otro lado.
Si realmente quieres hablar con un ser querido, todo lo que tienes que hacer es pedir, rezar y ser paciente. Realmente funciona. Si no es así, te sugiero que empieces a rezar más y que te pongas más en contacto con tu lado espiritual, ya que todos tenemos la capacidad de conectar con cualquier persona a la que amemos, ya esté viva o en el reino espiritual. La conexión del cordón de amor nunca se pierde. Sólo tenemos que desear contactar con un ser querido que se ha ido, y vendrá a nosotros en una visión o un sueño.
Los sueños son otra dimensión a la que podemos acceder y a la que podemos ir cuando estamos durmiendo. A mí me encanta dormir, porque puedo ir allí en ese momento. Es un regalo en sí mismo que podamos hacerlo. Acuérdate de recordar tus sueños. Si no puedes, escríbelos, ya que hay lecciones que aprender en cada uno de ellos. En mi experiencia, todo se trata del Amor y eso es realmente lo único que importa.