Puede que quieras ser la mejor mamá que puedas ser, pero eso no significa que tengas que ser perfecta. La mamá perfecta no existe, y cuanto antes aceptes eso, mejor estarán las cosas para ti y tus hijos a largo plazo.
No hay un manual sobre cómo ser la mejor madre del mundo, pero con el tiempo aprenderás que si eres una madre feliz que cuida de sus necesidades así como de las de sus hijos, serás una gran mamá. No tienes que estresarte tanto por tus errores o derrumbarte cuando no puedes lograr lo que quieres, solo haz lo mejor que puedas y apoya a tus hijos en todo lo que elijan hacer y ser en la vida. En lugar de obsesionarte con las pequeñas cosas que tus hijos están haciendo mal, refuerza las cosas que están haciendo bien y enséñales a ser felices permitiéndoles verte de esta manera.
No, no vas a estar feliz las 24 horas del día, pero si dedicas tiempo a promover la felicidad en tu vida, serás feliz la mayor parte del tiempo. Claro, puede que te equivoques de vez en cuando o que las cosas se vuelvan un poco abrumadoras dependiendo de la situación, pero eso no te detendrá. El hecho de que a veces te derrumbes no significa que seas una madre completamente infeliz o que no estés haciendo bien tu trabajo. Solo somos humanos.
Si quieres ser una mamá verdaderamente feliz, no te molestes en tratar de ocultar tus frustraciones del mundo. Está bien estar un poco irritada a veces, y está bien que ese lado negativo salga de vez en cuando. Reprimir esas cosas solo las empeorará y te convertirá en una persona generalmente infeliz, lo cual no queremos.
Si estás satisfaciendo las necesidades de tus hijos y ellos tienen sonrisas en sus rostros la mayor parte del tiempo, entonces estás haciendo bien tu trabajo y mereces el reconocimiento que quizás no estés recibiendo. Al ver este lado de tus hijos, deberías ser feliz y así sacar más de ese lado positivo y asombroso de ti. Aunque podamos pensar que nuestros hijos nos necesitan más de lo que nosotros los necesitamos a ellos, las cosas se sienten bastante opuestas a los ojos de una madre.
Tus hijos te amarán incluso si cometes errores a veces, no te odiarán porque estés teniendo un mal día o porque las cosas no estén yendo exactamente bien en ese momento, así que no te preocupes por todo eso. Tus hijos necesitan que estés cómoda y contenta en tu vida con ellos, no quieren que te obsesiones con ser una superheroína todo el tiempo porque para ellos, eres una superheroína incluso cuando no lo parece.
Las cosas no siempre son lo que parecen y aunque sientas que todo se está desmoronando, puedes mantenerte firme.