Seamos o no conscientes de ello, nuestros guías espirituales siempre nos guían hacia el bien supremo y el cumplimiento del propósito de nuestra vida. Esto sucede tanto si prestamos atención como si no. Si hacemos un esfuerzo consciente para permanecer abiertos a su dirección y ser conscientes de ella día a día, sus consejos serán aún más útiles y poderosos.
Todos estamos aquí para completar el trabajo que nuestras almas se han propuesto hacer en esta encarnación. Hicimos un pacto para visitar este planeta con el fin de cumplir una misión o vocación específica. Si no me equivoco, otra de mis creencias es que si no somos capaces de completar esta misión, seguiremos reencarnando en este plano de existencia hasta que lo hagamos.
Nuestros guías espirituales están con nosotros en todo momento, listos para proporcionarnos ayuda y aliento mientras trabajamos para alcanzar nuestros objetivos vitales. Diariamente nos empujan en la dirección correcta a través de sincronicidades, señales, instintos, corazonadas, ideas, pensamientos e inspiraciones que nos llegan en sueños.
Lamentablemente, muchas personas tienden a ignorar la guía diaria que les proporciona el espíritu y, para empeorar las cosas, también tienden a ignorar las señales, sentimientos e intuiciones que reciben de sus cuerpos. Con frecuencia, esto se traduce en la toma de decisiones y elecciones equivocadas, que a veces pueden conducir a situaciones desastrosas o incluso poner en peligro la vida.
Hay que comprender que el mundo espiritual sólo puede aconsejar, inspirar y sugerir. Nuestros líderes no pueden obligarnos a hacer nada que vaya en contra de nuestra voluntad. Además, el espíritu no puede intervenir en nuestras vidas y dirigir las decisiones que tomamos sin nuestra participación activa y nuestro permiso. Dicho de otro modo, nuestros guías sólo pueden ayudarnos cuando demostramos nuestra voluntad de ayudarnos a nosotros mismos. Para conseguir los mejores resultados posibles, primero tenemos que pedir consejo y ayuda y luego estar dispuestos a aceptarlos.
Reconocer los mensajes que sus guías espirituales ya le están enviando es un paso necesario para recibir orientación adicional de ellos. Tanya Carroll Richardson dice que “muchas veces los mensajes que nos envían nuestros guías se nos escapan porque nuestras vidas están demasiado ocupadas o porque nuestras mentes están demasiado ocupadas”.
En cuanto nos dejamos guiar abierta y conscientemente por el alma, sentimos inmediatamente una oleada de empoderamiento y empezamos a tener más fe tanto en nuestro propio juicio como en nuestra capacidad para tomar las decisiones correctas. Cuando empezamos a creerlo, nuestro bien más elevado empieza a desplegarse, y empezamos a manifestar cualquier cosa que podamos necesitar para completar nuestra misión y vivir nuestra mejor vida. Una vez que lo hacemos, nuestro bien supremo se realiza plenamente.
Es mucho más fácil que las cosas encajen en nuestro día a día cuando estamos dispuestos a dejarnos guiar por el espíritu en el proceso de tomar las decisiones y hacer las elecciones adecuadas. El Alma tiene la capacidad de proporcionarnos las piezas que faltan en el rompecabezas. Basta con que nos limitemos a preguntar, tras lo cual debemos centrar nuestra atención en las respuestas que se nos proporcionan.
Mediante la práctica espiritual y una mayor conciencia metafísica, puedes fortalecer tu conexión con tus ángeles de la guarda y guías espirituales. A la larga, tanto en esta vida como en la siguiente, saldrás ganando como resultado de ello.