Existen múltiples beneficios para los niños cuando aprenden las prácticas ancestrales del yoga y la meditación desde una edad temprana.
Estos beneficios se reflejan en el bienestar físico y espiritual de los niños.
Los niños, la meditación y el yoga
El cuerpo humano lee y percibe la energía como si fuera una habilidad natural. Los niños pequeños no son conscientes de cómo pueden diferenciar sus propios pensamientos o sentimientos de los de otras personas en un área determinada, inicialmente.
En la antigüedad, el hombre tenía la capacidad de leer su entorno ya que existía la necesidad de sobrevivir ante un peligro inminente. Debido a la rápida explosión demográfica y a la ausencia de depredadores naturales, los modernos han olvidado cómo desarrollar estas habilidades intuitivas.
Por medio de la intuición, un niño interpreta el mundo, lo que le guía para trabajar sus habilidades empáticas y distinguir sus propios sentimientos de los de los demás.
Desarrollo espiritual y centros energéticos
El chakra del plexo solar es el primer centro energético que trabaja las habilidades empáticas. El sistema físico con el que se relaciona es la glándula pineal, que se encuentra en el cerebro.
La práctica de la meditación beneficia a los niños al mejorar su concentración y ofrece una mayor sensación de bienestar. El niño necesita ser libre mientras practica la meditación y no debe estar demasiado encorsetado o lleno de reglas.
La meditación y los niños
La meditación es una práctica ancestral que da lugar a una gran conciencia de la mente humana. Se originó en Oriente, pero ahora se ha expandido a otros países del mundo como práctica espiritual.
Los niños pueden utilizar la meditación para aprender emocionalmente. Es posible enseñar a un niño a meditar desde la madura edad de 3 años. Se necesita mucha práctica y la persona que transmite este conocimiento debe decir que la meditación será un momento sólo para ellos.
Los niños se comprometen desde una edad temprana, ya sea asistiendo a clases regulares, siguiendo los deportes o incluso ocupándose de su vida familiar. La meditación se convierte en un momento para ellos en el que la espiritualidad puede florecer desde dentro.
No hay que considerar que se trata de una religión, ya que puede ser practicada por cualquier persona, independientemente de sus creencias. Hay que tener un momento para uno mismo, respirar profundamente y tener la conciencia tranquila para sentir paz.
El adulto debe explicar al niño lo que significa la meditación en términos sencillos y seguir meditando juntos. Es importante dejar que el niño se sienta cómodo.
Hay que explicar al niño que debe concentrarse en su respiración. Hay que calmar al niño poniendo música tranquila o rezando una oración antes. Lo más importante es estar presente con el niño.
El niño creará entonces libertad con Dios y su propia espiritualidad.
Puedes practicar la meditación con tu hijo tan a menudo como puedas durante 5-10 minutos. Es necesario que al niño le guste y se sienta feliz cuando práctica.
Haga hincapié en que el niño tiene que estar en silencio y evitar hacer cualquier ruido. Verás los beneficios de la meditación en tu hijo, ya que ganará más empatía y una mayor percepción de sí mismo.
Algunos beneficios para los niños
- Mejora de la concentración y la memoria.
- Aumento de la autoestima.
- Vida y cuerpo saludables.
- Mejor percepción de los sentimientos.
- Mayor facilidad para desarrollar la alegría y la felicidad.
- Desarrolla la coordinación motora.
- Disminuye la ansiedad.
- Facilita las interacciones sociales.