A menudo culpamos a otras personas o a las circunstancias por sentirnos cansados, agobiados o deprimidos, cuando en realidad se debe a nuestras propias elecciones y acciones.
Cuando no nos ocupamos de mantener una vibración energética elevada, las energías más bajas o “densas” comienzan a afectarnos de forma negativa. Normalmente se manifiesta como un agotamiento físico y emocional general, o una sensación de agotamiento. También puede haber episodios recurrentes de “mala suerte”.
¿Cómo causamos esta disminución de la frecuencia energética? La causa principal son los pensamientos negativos y las falsas creencias limitantes. Nuestra experiencia diaria de la realidad es el resultado de nuestros pensamientos y creencias. Somos personalmente responsables de las vibraciones que intercambiamos con nuestro entorno y el resto del mundo.
No importa el sistema de creencias o la religión a la que te suscribas, la protección energética es siempre necesaria. Todos los días estamos expuestos a energías etéricas impregnadas de desesperación, conflicto, odio e ira, pero nada puede entrar en nuestro campo energético si no lo permitimos. Por lo tanto, protégete siempre y blinda tu energía.
Sin embargo, la verdadera protección espiritual y el blindaje energético nunca tienen que ver con el miedo, la inseguridad o la paranoia, ni con centrarse en lo negativo. Por el contrario, es una forma de mantener nuestras vidas abiertas a las bendiciones que tenemos disponibles cada día. Al proteger nuestra energía, nos aseguramos de estar abiertos a todo lo bueno que se mueve a nuestro alrededor y a toda alma que quiera vibrar en clave de alegría con nosotros.
Hay muchas prácticas espirituales y metafísicas para lograr y mantener la seguridad energética y una vibración elevada, como la oración, la meditación, la visualización, los rituales de limpieza y la invocación de guías, santos o una deidad en particular. Las siguientes prácticas también son útiles para incorporarlas a tu estilo de vida diario.
Los rituales adecuados canalizan tus emociones y tu energía vital hacia la luz. Sin la disciplina de practicarlos, retrocederás constantemente hacia la oscuridad ~ Laozi
Puesta a tierra con los pies descalzos
Lo primero que hago siempre al llegar a casa es quitarme los zapatos. Puedes quitarte los zapatos y situarte en el espacio sagrado de tu casa, por ejemplo si tienes un altar, o también puede ser en el exterior, en tu jardín.
Conéctate a tierra con tus pies descalzos centrando tu energía, respirando profundamente varias veces y visualizando toda la negatividad descargándose por tus piernas y a través de las plantas de tus pies, hacia la tierra. Siente cómo la tierra recibe y transforma esa energía en energía limpia que vuelve a ti.
La tradición de quitarse los zapatos antes de entrar en un espacio sagrado es una antigua costumbre espiritual. En la mayoría de las religiones indias y de Oriente Medio, es costumbre quitarse los zapatos al entrar en un lugar sagrado de culto.
En el Éxodo 3:5 de la Biblia, Dios le dice a Moisés: “No te acerques. Quítate las sandalias, porque el lugar donde estás es tierra sagrada”. En muchos mandirs y mezquitas, así como en algunas iglesias, sigue siendo costumbre que los fieles se quiten los zapatos antes de entrar en la presencia de lo divino.
En muchos países y culturas de todo el mundo, la gente sigue dejando los zapatos en la puerta cuando entra en una casa. Esta es una costumbre sabia. No permitas que los visitantes traigan energías no deseadas a tu casa. Mahatma Gandhi dijo una vez: “No dejaré que nadie pase por mi mente con los pies sucios”.
Baños de purificación
Las duchas y los baños tienen una forma de aliviar el cuerpo y calmar la mente. Siempre nos sentimos con energía y renovados, incluso después de una ducha rápida. Este es el poder purificador del agua en acción. Elimina lo que no es “nuestro”, y en eso consiste la purificación: en deshacerse de las energías extrañas.
Si tienes tiempo para darte un baño largo y lento, prueba esta fórmula muy utilizada en Sudamérica. Llena la bañera y añade un puñado de sal gruesa y siete chorros de vinagre blanco. Si no tienes bañera, puedes ponerlo en un frasco y, al terminar la ducha, utilizarlo del cuello para abajo.
La sal es un elemento purificador que se utiliza en los baños de limpieza. El vinagre es un elemento ácido, y como tal, limpia y purifica las energías negativas. De hecho, en la tradición gnóstica se cree que es el gran liberador de los cúmulos de mala energía conocidos como “larvas” astrales o “parásitos” espirituales que se adhieren a nuestro cuerpo astral o campo energético.
Agua de Florida
En lugar de sal y vinagre, también se puede preparar un baño de limpieza con unas gotas de ‘agua de la Florida’. El agua de la Florida es una poción de agua especial que se utiliza para mejorar los rituales de limpieza y despeje.
El nombre de “agua de Florida” tiene su origen en la leyenda de que la mística “fuente de la juventud” se encuentra en algún lugar de Florida.
El agua de Florida puede elaborarse con diversas hierbas y aceites esenciales limpiadores, según el uso que se le quiera dar, como limón, neroli, lavanda, ylang-ylang o bergamota. Su aroma es ideal para inducir la relajación y la tranquilidad mental y espiritual.
El poder de los cristales
Los cristales son nuestros grandes aliados metafísicos del mundo mineral. Existen desde hace millones de años. Cambian la energía que los rodea y podemos aprovechar esos cambios para nuestro mayor bien.
Los cristales resuenan con nuestros conflictos y nos transmiten su potencial. Las propiedades que guardan están en cada uno de nosotros. Así que presta atención. Las piedras que eliges para tu vida hablan de lo que necesitas integrar. Cuando un cristal llega a ti, debes activar y recordar esas cualidades, acercándote conscientemente a ellas.
Algunas piedras interesantes que uso en mi propia práctica son
- Turmalina: las piedras negras nos conectan con los chakras inferiores y nos ayudan a limpiar y purificar, conectando con la tierra.
- Cuarzo cristalino: las piedras blancas potencian la luz y potencian la energía curativa. También nos calma y promueve la pureza.
- Amatista: el color violeta de este hermoso y fantástico cuarzo nos conecta con los chakras superiores. Nos capacita para transformar nuestras emociones más difíciles en energía que podemos utilizar para nuestro mayor bien.