Tal vez el mayor misterio del universo conocido sea la consciencia humana y qué es, para qué sirve y cómo funciona. Y aunque los científicos y los físicos cuánticos llevan bastante tiempo tratando de entenderlo, la física cuántica parece tener una explicación que podría estremecerle.
La mayoría de los físicos tienden a encogerse al escuchar la frase conciencia cuántica, debido a la sensación de nueva era asociada a ella. Sin embargo, a pesar de ello, los físicos cuánticos creen haber encontrado un vínculo entre la cognición humana y los efectos cuánticos. Matthew Fisher, físico de la Universidad de California en Santa Bárbara, publicó un artículo el año pasado que llamó mucho la atención.
En su artículo de Annals of Physics, propone que los espines nucleares de los átomos de fósforo podrían funcionar como “qubits” en el cerebro. Si está en lo cierto, el cerebro humano se parece mucho a un ordenador cuántico.
Incluso hace sólo una década, una teoría así habría sido rápidamente desechada y tachada de disparate. Sin embargo, Matthew no es la primera persona que propone esta teoría. El físico Roger Penrose teorizó que las estructuras proteínicas del cerebro, llamadas microtúbulos, desempeñaban un papel importante en nuestra conciencia al hacer uso de los efectos cuánticos.
La mayoría de los investigadores han descartado esa idea, y Fisher se enfrenta al mismo escrutinio.
Para entender lo que propone Fisher, hay que saber que un ordenador cuántico en funcionamiento utiliza qubits (piezas cuánticas de información) que se conectan mediante un proceso que se conoce como entrelazamiento. Una vez enredados, esos qubits se vuelven bastante frágiles e incluso un solo protón podría acabar por completo con todo el sistema del ordenador cuántico.
A lo largo de la última década, los investigadores han llegado a comprender que hay sistemas biológicos que utilizan la mecánica cuántica. Un ejemplo de ello es cómo los efectos cuánticos potencian la fotosíntesis para convertir la luz solar en energía. Además, los investigadores creen que los científicos también tienen una brújula “cuántica” que les ayuda a encontrar su camino haciendo uso del campo magnético de la Tierra.
Fisher ha encontrado su lugar en este mismo cuerpo de conocimientos y teorías, y a pesar de lo complicado e incluso descabellado que algunos puedan pensar que es su hipótesis, tiene a muchos investigadores pensando de forma diferente. Aquellos que lean su artículo (como espero que hagan muchos) llegarán a la siguiente conclusión: Este viejo no está tan loco”, dice John Preskill, físico del Instituto Tecnológico de California. “Puede que tenga algo de razón. Al menos está planteando algunas cuestiones muy interesantes”.
Uno de sus colegas y amigos, Senthil Todadri, también considera que la idea de Fisher es una cuestión muy importante: ¿el procesamiento cuántico tiene lugar en el cerebro humano?
“La suposición general ha sido que, por supuesto, no es posible el procesamiento de información cuántica en el cerebro”, explicó Todadri. “Él defiende que hay precisamente un resquicio. Así que el siguiente paso es ver si esa laguna puede cerrarse”. Afortunadamente, Fisher sigue trabajando con diligencia en pruebas que podrían ayudar a responder a su pregunta e hipótesis. Supongo que tendremos que esperar y ver. Si quieres saber más sobre su hipótesis, no dudes en consultar su artículo.