“No hay nada mejor que una buena carcajada”.
Este es un dicho popular donde yo vivo.
Es una de las cosas más placenteras que puede hacer una persona. Uno de mis mejores recuerdos de la infancia es ver episodios de Laurel y Hardy.
Es una divertidísima comedia de payasadas ambientada entre mediados de los años 20 y mediados de los 50 que sigue la suerte de dos hombres desafortunados: Stan Laurel y Oliver Hardy. Pero no fueron solo Stan y Ollie los que formaron mi memoria, sino ver a mi padre reírse tanto con ellos que se le brotaban las lágrimas.
Este tipo de comedia siempre me ha gustado. Hace poco vi un episodio en el que Laurel y Hardy tenían que subir un piano a lo alto de una escalera y el piano se caía una y otra vez, arrastrando a Hardy con él. Me reía tanto que me dolían las costillas.
Si alguna vez necesitas que te levanten el ánimo, te recomiendo un poco de Laurel y Hardy.
Reír no solo es una de las cosas más placenteras que puede hacer el ser humano, sino también una de las más saludables.
Los beneficios de la risa para la salud
Muchos han oído al menos una referencia a la famosa historia de Normal Cousins, quien, tras sufrir los dolores debilitantes de una enfermedad del tejido conjuntivo y espondilitis anquilosante, descubrió que solo diez minutos de risa abdominal al día tenían un efecto anestésico que le proporcionaba unas dos horas de sueño sin dolor.
La investigación moderna puede señalar ahora por qué la risa tuvo tanto éxito para Cousins. Ahora sabemos que puede reducir drásticamente la inflamación, especialmente en personas con inflamación aguda. Y la inflamación aguda es característica de las enfermedades del tejido conjuntivo y las formas de artritis, como la espondilitis anquilosante.
Y ahora también sabemos que puede reducir el dolor no solo desinflamando, sino también aumentando las endorfinas.
La risa también es un tónico para la salud mental. Puede aumentar la felicidad, aliviar la depresión y reducir el estrés y la ansiedad. Incluso puede darnos una sensación de optimismo ante la vida. Y se sabe que mejora la calidad del sueño.
Es excelente para el corazón. Puede reducir la tensión arterial, mejorar la circulación sanguínea y el funcionamiento de las arterias.
Incluso ejercita algunos músculos y quema calorías. Por eso los investigadores llaman a veces a la risa “footing interno”. La risa mejora incluso la respiración.
Y es bueno para el sistema inmunitario. Los estudios demuestran que aumenta los niveles de anticuerpos beneficiosos y potencia la actividad de las células asesinas naturales*.
También favorece la conexión humana. La risa es una emoción social. Fuera de ver comedias en la televisión, tendemos a reírnos con los demás. Reír juntos por un motivo común nos demuestra que nos sentimos cómodos en ese espacio juntos. Rompe barreras y hace que la conversación sea más libre. Puede unir a grupos de personas que no se conocen e incluso a quienes no suelen llevarse bien.
También es contagiosa. Una vez lo demostré durante una conferencia en la que hablé un poco sobre la risa, expliqué algunos de sus beneficios para la salud y luego señalé que cuando ves reír a alguien te hace reír a ti también.
Así que respiré hondo y solté una sonora carcajada. Es una técnica del yoga de la risa. Empieza como una risa fingida, pero rápidamente se convierte en risa de verdad. Entonces, otros empezaron a reírse. En menos de un minuto, todo el mundo se había unido al coro de risas.
Y todo empezó con una sola carcajada.
Pero no siempre es fácil reír. A veces en la vida, las cosas han sido difíciles durante un tiempo, y nos cuesta encontrar una razón para reír. O incluso escapar de un sentimiento de pesadez el tiempo suficiente para poder reír.
Todos hemos pasado por eso. Muchos lo están ahora mismo.
Pero podemos aprender, o volver a aprender, a reír. Solo que a veces nos falta práctica.
La risa se puede entrenar. El cerebro es neuroplástico. Significa que siempre se está moldeando y recableando. Es lo que hace posible el aprendizaje.
Dicen que los bebés se ríen unas 300 veces al día, en comparación con los adultos, que se ríen unas 17 veces, y algunos apenas se ríen. Cuando crecemos y aprendemos a tomarnos la vida mucho más en serio, perdemos el hábito de reírnos de las cosas cotidianas.
Pero es un hábito que sería saludable recuperar.
(*) La célula NK (del inglés Natural Killer ), asesina natural o célula asesina (anteriormente llamada linfocito grande granuloso) es un tipo de linfocito, y un componente importante del sistema inmunitario innato para la defensa del organismo. Su función es la destrucción de las células infectadas y de las células cancerosas, además de regular la defensa inmunitaria. (Wipipedia)
Tu proyecto de la risa
¿Qué tal si te fijas un “Proyecto de la risa”? Ponte como meta aumentar cuánto te ríes en la vida.
Aquí tienes algunas ideas:
1) Haz una lista de programas, series y películas cómicas con las que te hayas reído en el pasado.
Determina ver o escuchar con frecuencia algo de tu lista. Piénsalo como si tomaras un analgésico para el dolor de cabeza, con la diferencia de que estarás tomando una píldora de risa experimental como elevador del estado de ánimo.
2) Haz una lista de cómicos que te parezcan divertidos.
Determina ver o escuchar algo de tu lista tan a menudo como puedas, aunque solo sean unos minutos.
3) Busca nuevas películas o series cómicas.
4) Practica el yoga de la risa. Respira hondo y despacio, esboza una amplia sonrisa y suelta una carcajada al exhalar.
Hazlo diez veces al día, preferiblemente por la mañana, porque te preparará para el día. Las primeras risas serán fingidas, por supuesto, pero pronto te darás cuenta de que se volverán más naturales a medida que las practiques y que los músculos de la sonrisa empezarán a sentirse mucho más cómodos en la posición de la sonrisa.
5) Intenta ver el lado divertido de la vida. Estate atento a las cosas divertidas que te ocurren a lo largo del día.
Si decides hacerlo, te sorprenderá lo que verás, oirás o te encontrarás que normalmente pasarías por alto.
6) Toma papel y bolígrafo y escribe algunas de las cosas divertidas que te han ocurrido en la vida, ya sea a ti mismo, a tus amigos o a tu familia.
Recuerda sucesos graciosos, cosas que hayas presenciado o vivido, cosas que no te parecieron graciosas en su momento pero que ahora, pensándolo bien, son divertidísimas.
7) Busca fotos, tarjetas o incluso tiras cómicas que te hagan gracia. Pégalas por toda la casa para que las veas todos los días.
¿Por qué nos reímos en momentos inoportunos?
Como he escrito antes, la risa se puede entrenar. A veces, en la vida, perdemos el hábito. Así que entrenémonos para recuperarlo.
Antes de terminar este blog, ¿alguna vez te has reído en momentos inoportunos? Es bastante habitual.
Sé que a mí me ha pasado. Hay varias teorías sobre por qué lo hacemos. Una teoría dice que lo hacemos inconscientemente para intentar aligerar momentos dolorosos. Forma parte del aspecto social de la risa. Una parte de nuestro cerebro piensa que riendo reduciremos el dolor de otra persona.
Otra teoría dice que es una forma de regular nuestras propias emociones, sobre todo si nos hemos sentido emocionados o abrumados. Es una especie de reflejo que nos ayuda a reducir la intensidad de lo que sentimos.
Pero sea cual sea el motivo, es habitual. Así que no te avergüences si lo haces.
Permíteme terminar este blog con uno de mis chistes favoritos.
“¿Has oído hablar del espantapájaros que ganó un Premio Nobel? ¡Destacaba en su campo!”
Oh bueno, a mí me hizo gracia.
Y para terminar, aquí van algunos enlaces a algunos de mis vídeos favoritos de risas contagiosas.
Risas en el tranvía.
Risas en el metro de Nueva York
O simplemente busca “Contagious Laughter” en YouTube.¡Acabo de hacerlo antes de publicar esto y me he pasado los últimos 15 minutos llorando de risa!
Dr. David Hamilton
15 de marzo de 2023
https://drdavidhamilton.com/the-healing-power-of-laughter/
Traducción: Susana Peralta