¿Alguna vez te has sentido confundido, abrumado o te has preguntado cómo se siente un amigo o una pareja? Tal vez has llegado a un punto en una relación en el que no estás avanzando. Quizás la relación se ha estancado. Cuando esto ocurre, es posible que uno de los dos, o ambos, no estén disponibles emocionalmente.
Las relaciones, aunque son muy gratificantes, también pueden ser un reto en ocasiones. Tanto las relaciones románticas como las platónicas requieren una inversión emocional, y a veces una da más que la otra. Cuando nos cerramos o nos sentimos bloqueados emocionalmente, a menudo actuamos desde nuestro yo herido, la parte de nosotros que ha sido herida en el pasado. Al investigar durante una década la psicología del comportamiento humano para mis libros y al observar a los clientes en mi práctica de coaching de vida, descubrí un patrón.
Muchos de nosotros nos cerramos emocionalmente para protegernos y evitar futuros daños. Pero esto aleja lo que más queremos -amor, conexión, intimidad-, ya que nos quedamos atrapados en el ciclo de la protección. Para acercarnos a los demás y mejorar nuestras relaciones, podemos practicar el autoconocimiento mediante herramientas de crecimiento personal.
He aquí cinco prácticas de autoconciencia y técnicas de atención plena que te ayudarán a estar más disponible emocionalmente.
Práctica 1: Sostén el espejo energético.
Si no nos comprendemos plenamente a nosotros mismos, podemos proyectarnos en los demás. Cuando miramos las acciones de los demás como un espejo, podemos descubrir lo que su comportamiento nos dice sobre nosotros. El espejo energético es una práctica que puede recordarnos que nuestro mundo exterior es un reflejo de nuestro estado interno. Como afirma Un curso de milagros, atraemos hacia nosotros lo que somos.
Pregúntate a ti mismo:
- ¿Dónde me siento valorado y dónde no me siento honrado en esta relación?
- ¿Cómo es esto un reflejo de mis propias necesidades y deseos personales insatisfechos?
A continuación, comprométete a satisfacer primero estas necesidades en tu interior. Por ejemplo, si no te sientes apreciado en la conexión, pregúntate qué parte de tu propio ser no aprecias. A continuación, comprométete a acercarte y honrar más a todo tu ser.
Práctica 2: Afronta los sentimientos cuando se produzcan.
En lugar de reprimir los sentimientos, apóyate en ellos desarrollando una práctica de atención plena. Mi favorita es practicar técnicas de respiración, pero hacer una meditación de 10 a 15 minutos o escribir en un diario también puede ayudarte a sentir los sentimientos.
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Práctica 3: Muestra tu verdadero yo.
Aprende a crear intimidad compartiendo tu verdadero yo. Eso significa que, a medida que se establece la confianza, compartes cada vez más desde tu verdadero yo emocional. Cuando hacemos todo lo posible por mostrarnos auténticos y hablar abierta y honestamente con nuestros allegados, invitamos a los demás a hacer lo mismo. Esta autenticidad mutua conduce a vínculos emocionales más profundos y poderosos.
Práctica 4: Conecta con tus valores.
Mira primero tus valores y observa cómo los que te rodean los reflejan o los desvían. Empieza por revisar tus valores para poder operar desde un lugar de equilibrio. Sólo aceptamos el amor que creemos merecer. Así que reescribe tus valores y crea nuevas reglas para ti. Ya no eres el niño herido que no consiguió satisfacer sus necesidades emocionales. Como adulto da la bienvenida al amor primero con el amor propio y conociendo tu verdadero valor. Lo mejor que puedes hacer es aclarar tus deseos y tener claro cómo quieres que te traten y te sientan. Al hacer esto, puedes hacer espacio para la persona adecuada.
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Práctica 5: Invita a recibir comentarios.
La retroalimentación ayuda a las personas a controlar mejor los comportamientos negativos. Cuando pidas feedback, sé accesible y responsable. Las conversaciones te ayudan a conectar más profundamente con los demás, y expresarte de forma vulnerable mientras invitas a recibir comentarios podría mejorar tus conexiones, ya que da a las personas la oportunidad de expresarse y transmitir cualquier obstáculo o área de fricción.
Cuando nos compartimos con los demás, a menudo se produce un hermoso despliegue. Los que nos rodean siguen nuestro ejemplo y también comparten sus vulnerabilidades. Se convierte en un intercambio de vulnerabilidad, y se produce una verdadera intimidad y disponibilidad emocional. La vulnerabilidad crea conexión. Cuando revelamos nuestros miedos, dudas y preocupaciones a los demás, podemos fortalecer nuestras conexiones y animar a los demás a confiar en nosotros.