La aromaterapia crea el escenario ideal para el encuentro con nuestro yo interior que desea ser sanado.
La llave para acceder al baúl de los recuerdos de nuestra mente está muchas veces entre ciertos aromas muy particulares que se han impregnado en nuestro ser porque marcaron una etapa feliz de nuestras vidas.
El olor a pastel recién horneado de la abuela o de la tierra mojada por el agua de lluvia seguro que para muchos traen recuerdos que se pensaban ya perdidos, pero que con estos estímulos olfativos regresan a nosotros para alegría del alma.
Conocida la trascendencia del universo olfativo sobre nuestros estados de ánimo, la ciencia se ha encargado de crear varias disciplinas para diseñar terapias y tratamientos con fines específicos como la meditación, el control de la ansiedad, fomentar la productividad, entre otros.
Sin embargo, en tiempos de angustia por la pandemia y donde la trascendencia del ser humano después de la muerte está más presente que nunca, muchas personas buscan en la meditación el refugio para sobrellevar la crisis laboral y emocional y encontrar un propósito de vida.
“El confinamiento obligatorio nos ha llevado a cuidar cada detalle de nuestros hogares, inclusive de cómo queremos que huela. Ya sea con algún difusor de aromas u hojas secas en bolsitas, algunas familias usan flores de naranjo amargo para fomentar la producción de serotonina, llamada hormona de la felicidad, y así bajar el nivel de tensión. Otro aceite esencial como la bergamota es un revitalizante olfativo para esas largas jornadas de teletrabajo en casa”, explica Fabián Castillo, redactor de la sección Interiores en www.eldulcehogar.es.
A juicio del conocedor si se requiere de una mayor concentración, la intensidad del aroma del pachulí es perfecto para una meditación profunda que nos ayude a encontrar la paz mental.
Inciensos, mirra o lavanda vera
El olor a incienso, mirra o lavanda vera son otra referencia para apurar el viaje interior hacia la liberación de nuestros miedos más profundos que aún son un lastre que contamina nuestra proyección mental de nosotros mismos.
No resulta extraño que este olor sea típico de templos de las diferentes religiones ya que fomenta el autoexamen que expíe nuestras culpas en tiempos de pandemia.
Si quedamos algo melancólicos después de estas sesiones, una pizca de limón y jengibre en el ambiente nos ayudará a lidiar con esta tristeza crónica hasta recuperarnos.
En el caso de los inciensos también hay una gran variedad de fragancias que se pueden usar dependiendo de la ocasión.
Canela
Si queremos reforzar la meditación, un incienso de canela proporciona una atmósfera de seguridad y energía en el ambiente elegido para la relajación.
Romero
Una buena limpia con fragancia de romero también contribuye a eliminar las malas energías que están estancadas en determinados ambientes del hogar, que han sido escenario de discusiones u otros eventos desagradables.
En este punto, los especialistas recomiendan ventilar los ambientes luego de tres horas de haberse colocado el incienso para evitar que el lugar se llene de humo y pueda afectar las vías respiratorias.
Lo principal es conseguir una experiencia placentera con el uso de los aromas para querer repetir las sesiones con mayor frecuencia.