Uno de mis estudiantes de yoga me preguntó una vez si me consideraba espiritualmente iluminado. Le dije que luchaba con esa idea, porque implicaba que alguien había “terminado” con su misión espiritual.
Significaría que he logrado el objetivo espiritual último y que, por tanto, no tengo necesidad de continuar con mi crecimiento y trabajo espiritual. También parece arrogante decir que, de alguna manera, algunas personas están “más iluminadas” o son espiritualmente más evolucionadas y superiores a otras.
Una vez escuché a una celebridad afirmar en una entrevista que sabía que había “nacido para la grandeza”. No puedo comprender ese derecho y esa prepotencia tan flagrantes… ¡imaginar que alguien ha nacido para “más grandeza” que otro! Todos hemos nacido para la grandeza a nuestra manera, y ninguno de nosotros es más grande que otro.
Por lo tanto, creo que todos estamos iluminados. Algunos de nosotros simplemente no lo sabemos todavía.
El crecimiento o expansión espiritual es un proceso eterno. Es un viaje, no un destino. No hay “llegada” ni final. Siempre seguiremos creciendo más, amando más, sanando más y aprendiendo más.
Dicho esto, siempre he sentido que la Tierra es un planeta para almas nuevas. Pero incluso las almas viejas pueden seguir aprendiendo. No hay un “estatus” especial en ser un alma nueva o vieja. Es simplemente una cuestión de cuánto ha experimentado uno como entidad energética individual.
He oído a lo largo de los años a clientes y estudiantes quejarse de que les cuesta mucho estar cerca de personas que “no están tan iluminadas como ellos”. Esto me parece arrogante, no espiritual. Creo que todos los caminos conducen a Dios. Que alguien no esté en el mismo camino no significa que no se dirija hacia Dios. El mero hecho de creernos más iluminados o superiores o de trabajar más duro, demuestra que tenemos mucho más que aprender.
Tengo una amiga de la escuela primaria, que siempre está evaluando si era mejor o menos que los demás. Vive una vida de adicción y depresión. Es una mentalidad tóxica. El deseo compulsivo de compararse con los demás también te hará enfermar.
Todos estamos iluminados. Tú también estás iluminado. Si no te sientes así, tal vez has olvidado gran parte de tu iluminación y necesitas abrir tu mente y tu corazón y dejar que toda esa sabiduría innata vuelva a entrar.
Borra las enseñanzas de este planeta que crean amnesia espiritual. Tú ya lo sabes todo. Tendemos a perdernos en las vibraciones más bajas, la oscuridad, el miedo, la ira y el materialismo, y la naturaleza primitiva de este planeta. Enfócate en tu tercer ojo y permite que tu iluminación natural entre, junto con la luz.