Para participar de manera realista en el mundo empírico del bien y el mal, hemos creado creencias limitantes sobre nosotros mismos y las hemos diseñado para que nos cautiven tan profundamente que no hemos mostrado un interés especial por los reinos desconocidos más allá. Nos hemos llenado de temor respecto a nuestras vidas. Todo lo que sentimos que necesitamos para sobrevivir se basa en el miedo a no sobrevivir. Para mitigar esto, trabajamos y compramos seguros, mientras nos alineamos con las creencias limitantes de sentirnos intimidados, envejecer y morir. Cualquier realidad diferente para nosotros mismos es puesta en duda y no se explora. Nuestra consciencia del ego exige pruebas de lo que podemos experimentar en otra dimensión energética que el ego no puede percibir.
El ego no puede imaginar cómo el amor y la compasión pueden ser más poderosos que la destructividad agresiva. ¿Cómo pueden el amor y la compasión superar una bomba nuclear? Este es el dominio de las estrellas, los Seres más brillantes del cosmos. Debido a que todo consiste en patrones ondulatorios de energía, el poder reside en el control de las energías. Este es el reino de la consciencia, que es infinita y en la que participamos y tenemos nuestra esencia. Nuestra totalidad es consciente, desde las entidades subatómicas que componen nuestra estructura molecular hasta todo nuestro mundo empírico. La consciencia es la causa de todas las expresiones energéticas, y somos los directores dentro de la consciencia.
Cuando nos damos cuenta de que tenemos acceso a la causa de todo, en nuestras habilidades conscientes sin restricciones, podemos vivir sin miedo, porque podemos crear cualquier patrón energético que deseemos con nuestras capacidades mentales y emocionales. Podemos cambiar la estructura de una bomba nuclear amando y dirigiendo la consciencia de los elementos constitutivos. Esto está tan lejos de la consciencia del ego que no podemos creerlo, a menos que estemos en sintonía con nuestra verdadera esencia del Ser. Para lograr esto se requiere una confianza absoluta en lo que estamos intencionando. Es una unión íntima con la consciencia que crea todo: la Unidad divina. Así es como creamos milagros y nos volvemos autosostenibles y capaces de mejorar toda la vida.
Para salir de nuestro trance hipnótico humano, podemos tomar consciencia de nuestro conocimiento interior y aprender a confiar en nosotros mismos más allá de la consciencia del ego. El ego exige pruebas de lo que no es capaz de conocer. Para expandir nuestra consciencia más allá del ego, necesitamos despertar nuestro conocimiento interior, que está alineado con nuestra conciencia moral. Surgiendo dentro de la consciencia infinita y el auto-conocimiento, somos expresiones de nuestra esencia más profunda. Más allá de nuestra consciencia del ego, somos nuestra propia presencia infinita de consciencia, en todo lugar y en todo momento. Con nuestro poder de realización, podemos crear y alterar estructuras y experiencias empíricas. Mis libros contienen lecciones, una tras otra, sobre cómo alcanzar este estado del Ser.
Nuestra plena realización de quiénes somos puede desarrollarse como resultado de prestar atención a nuestro amor y alegría más profundos. Constantemente somos creados para vivir llenos de alegría y vitalidad. Al abrir nuestra consciencia interior a estas cualidades, podemos compartir nuestra consciencia emocional con todos los seres conscientes y trabajar con ellos para una mayor expresión de la vida en belleza y majestad.
Fuente: Kenneth Schmitt. https://www.ConsciousExpansion.org/blog