Conocemos a muchas personas en nuestras vidas, cada una única a su manera, pero sólo con unas pocas sentimos una conexión espiritual especial, como si las conociéramos de toda la vida.
Y, basándome en mi experiencia vital anterior, suele ser así. De hecho, todos hemos vivido muchas vidas, en distintos lugares y bajo distintas apariencias. Uno de los vínculos más fuertes que podemos tener con alguien es una conexión espiritual. Pero, ¿cómo podemos saber si tenemos una conexión espiritual y si tenemos almas gemelas?
A continuación te presentamos siete señales.
Tus instintos te lo revelan.
Simplemente sabes que hay una conexión espiritual. Y no hay lugar para la incertidumbre. Cuando estás conectado espiritualmente con alguien, tus instintos se agudizan, y no hay explicación lógica para esta sensación.
Te sientes extremadamente seguro y fuerte tanto emocional como físicamente.
Cuando sientes una conexión espiritual con alguien, tu presencia le tranquiliza.
En su presencia, toda tu ansiedad, nerviosismo y miedos se desvanecen. Todo esto también se aplica a lo contrario.
Eres libre de ser quien eres.
Cuando no puedes ser tú mismo cerca de otras personas, puedes serlo con ellas. Eres libre de expresarte, no hay inquietud en ti y nada te restringe. Hay una tremenda sensación de liberación tanto dentro como fuera de ti.
Es como si los conocieras desde hace siglos.
Como se dijo al principio de este artículo, cuando te sientes conectado espiritualmente con alguien, tienes la sensación de que siempre lo has conocido. Seguro que te ha ocurrido numerosas veces… Incluso es posible, al menos en las personas más sensibles, tener regresiones espontáneas y recuerdos vívidos de estas personas en otros lugares y vidas. Tienen una cierta familiaridad que te atrae y que sientes en lo más profundo de tu ser.
Confías plenamente en ellos.
No puedes confiar en nadie más si no puedes confiar en ellos. Aunque seas una persona que rara vez se deja llevar, tu confianza en ellos es incondicional.
Te comunicas con ellos en silencio
Cuando estás conectado espiritualmente con alguien, una de las formas de comunicarte es a través del silencio. No es necesario que expreses tu felicidad, ansiedad o miedo. Sólo eres tú, y ellos ya lo saben. Reconocen tus estados de ánimo y responden a ellos.
Mantienes conversaciones profundas con ellos.
Las conversaciones con estas personas nunca son superficiales porque te permiten explorar tu interior (y el suyo). Las conversaciones son profundas, y cada una de ellas termina contigo aprendiendo más sobre ti mismo y lo que te rodea.