Somos libres de elegir el nivel vibratorio en el que queremos vivir y experimentar nuestra vida. Lo hacemos a través de la polaridad y frecuencia de nuestros pensamientos y emociones, y de cómo nos sentimos con nosotros mismos. La forma en que reaccionamos ante los encuentros que hemos creído que están fuera de nosotros es, en realidad, un proceso interno, independiente de las apariencias externas. Estas apariencias externas son solo un reflejo de nuestro estado de ser. Todo ocurre dentro de nuestra propia conciencia. En nuestra presencia de conciencia, estamos más allá del espacio-tiempo. Solo nuestro enfoque de atención está localizado, y nosotros lo controlamos.
Si lo deseamos, podemos usar nuestra atención para trascender nuestras creencias limitantes sobre nosotros mismos. Al abrir nuestra conciencia a nuestro conocimiento intuitivo en el corazón de nuestro Ser, comprendemos que, en nuestra esencia, somos infinitos y multidimensionales. En cada momento, podemos alinearnos con la aceptación incondicional y la gratitud por todas nuestras experiencias. Estas son reflejos de nuestra firma energética, que creamos con la calidad vibratoria de nuestro estado de ser. Estamos presentes dentro de la conciencia que constantemente lo crea todo, y surgimos como fractales de la conciencia infinita. Podemos imaginarnos viviendo en cualquier dimensión cuántica a la que decidamos prestar atención. Las dimensiones son innumerables dentro y más allá del mundo empírico. Cada vez que cambiamos nuestra perspectiva, nos movemos a otra dimensión. Usualmente, esto es sutil, pero también puede ser dramático. Nuestras experiencias de vida cambian en alineación con nuestro estado de ser, el cual es una combinación de nuestras operaciones subconscientes y conscientes.
El subconsciente alberga nuestras creencias limitantes sobre nosotros mismos. Para encontrarlas, debemos adentrarnos profundamente en las partes ocultas de nuestra conciencia, en aquellos lugares que han sido marcados por un gran miedo a la supervivencia en muchos niveles. Al abrir nuestra conciencia a ellas con aceptación y al comprender su verdadera esencia, podemos neutralizarlas en nuestro subconsciente. Podemos llegar a aceptarnos completamente, con la aceptación de un padre amoroso que busca mejorar y empoderar la vida de sus creaciones. En nuestra vida, estamos desempeñando los roles que hemos creado. Los eventos en nuestra vida son creaciones de la energía de nuestra atención y alineación.
Al elegir vivir en una sola polaridad, podemos entrar intencionalmente en la oscuridad más profunda o en la luz más poderosa. Cualquiera de estas elecciones genera una transformación personal. También podemos movernos de manera incremental en cualquier dirección a través de nuestra imaginación y emociones, cambiando de dimensión a medida que lo hacemos. La parte positiva o negativa para nosotros radica en cómo invitamos las experiencias a nuestra vida y en cómo nos sentimos respecto a ellas. Todo esto es una elección personal. Podemos sentirnos como queramos. Solo estamos atados a los eventos por nuestra voluntad y compromiso vibratorio. Al cambiar nuestra atención y nuestros sentimientos, entramos en otra dimensión, en la que todo se alinea con nuestro nuevo estado de ser. Podemos conocer esto experimentándolo.
Kenneth Schmitt