Todos vivimos con diversas cantidades de estrés en nuestra vida diaria, y los últimos años han sido especialmente difíciles. Pero el estrés no tiene que ser abrumador para la persona espiritualmente consciente. Además de la meditación y otras prácticas espirituales similares, un aliado especialmente poderoso puede ser el uso de varios tipos de cristales. Tanto si se opta por guardarlos en el bolsillo, llevarlos como joyas o utilizarlos en el trabajo energético, hay un cristal para cada persona en función de sus propias necesidades y afinidades.
Una de las piedras más populares para la terapia con cristales y para aliviar el estrés es el cuarzo. Es fácil de conseguir y viene en diferentes tipos. El cuarzo claro (en el que mucha gente puede pensar cuando visualiza un cristal) ofrece claridad y visión cuando las cosas parecen confusas. Al igual que un prisma, también resalta las cualidades ocultas de otros cristales.
Pero el cuarzo también está disponible en otros colores para ayudarnos con los muchos retos de la vida, como el rosa para calmar las emociones turbulentas y encontrar consuelo cuando el corazón está roto, y el ahumado (gris) para reforzar nuestro valor.
Otra piedra clara muy popular es el citrino. Como su nombre indica, es de color naranja o amarillo. Llevar una piedra de citrino es como tener una gota de luz solar en el bolsillo; aleja la oscuridad incluso en el peor día “lluvioso” y estresante.
El ágata azul (disponible en diferentes tonos) es útil para eliminar el estrés relacionado con la falta de comunicación. Se recomienda tener una en la oficina o llevarla a la escuela.
Casi tan popular como el cuarzo, la amatista (de color púrpura opaco) es una opción si se tiende a sufrir nerviosismo, ansiedad o ataques de pánico. Se puede utilizar mientras se recitan mantras para invocar una mayor serenidad y calma.
Un cristal menos conocido, pero no por ello menos potente, la sodalita (de distintos tonos de azul o púrpura) también se conoce como el “cristal de la paz” y se utiliza a menudo para el insomnio o el sueño intranquilo. Busca uno para tenerlo en tu mesilla de noche si no descansas lo suficiente.
Los cristales abigarrados (multicolores) son hermosos y únicos. La lepidolita es un mineral del elemento litio, a menudo utilizado para contrarrestar la ansiedad. Si estás experimentando estrés en casa o con tu familia, es una excelente opción. La rodonita (típicamente moteada de rosa o púrpura) puede ser ideal si has pasado por una situación traumática y estás curándote del dolor, o sufriendo estrés postraumático. Y el lapislázuli (legendario por sus brillantes matices azules) nos conecta con la verdad espiritual superior, por lo que es bueno aprovechar su energía para esas fuentes de ansiedad.
Los cristales más oscuros, como la obsidiana, la hematita y la shungita, absorben las ansiedades (el color negro absorbe todos los demás colores). Podemos pensar en ellos como un “imán” para alejar el estrés y la ansiedad cuando se vuelven abrumadores. Están fuertemente asociadas con el elemento Tierra y nos recuerdan que debemos permanecer con los pies en la tierra y centrados cuando todo parece desmoronarse.
Hay innumerables fuentes de ansiedad y estrés a las que nos enfrentamos, pero hay otros tantos cristales hermosos y diversos para ayudarnos a superarlos. Si buscas ayuda y no sabes a quién acudir, aprende más sobre los cristales, sus energías únicas y cómo pueden ayudarte a superar incluso los niveles más altos de estrés.