
Se ha abierto una nueva ventana dimensional.
Ahora nos preparamos para cerrar otra fase de este período transitorio de tres años, durante el cual se nos invita a soltar, abrazar y convertirnos en quienes verdaderamente somos.
No estamos ascendiendo, sino descendiendo hacia nuestra verdadera Esencia y los recuerdos divinos, pues estamos en un viaje interminable de recuerdo del alma e integración constante.
Un camino de confianza, fe y esperanza en lo que sentimos sucediendo dentro de nosotros y a mayor escala, aunque aún no lo podamos ver. Hemos estado moldeando nuestro nuevo mundo—una nueva Tierra basada en igualdad y libertad—desde hace muchos siglos, porque ese es el regalo que nos dieron cuando nos fragmentamos del Dios Fuente en este planeta: la libertad de elegir.
La Tierra sigue separándose de la Vieja Tierra. Cada vez que damos un salto de conciencia, sentimos el cambio dentro de nosotros y en nuestras vidas, como si todo volviera a transformarse. Nos sentimos más alejados de nuestras antiguas decisiones, hábitos, algunas relaciones e incluso de quiénes éramos.
Algunos de ustedes sentirán una “aislación” cuando cambien de Guías, que a menudo son parte de ustedes también.
En este período podemos sentirnos sin guía, aunque siempre lo estamos: nuestro Dios Interior es el guía más importante. Siempre tenemos un guía permanente que permanece con nosotros en nuestro viaje.
Algunos van y vienen; otros intercambian información sobre su camino actual para los nuevos que vendrán y les guiarán.
Sea paciente. El amor siempre está presente y puede sentirse. Mantente en completa neutralidad y alegría mientras trasciendes otra fase de tu singular senda del alma, celebrando, pues estos momentos son los que nos definen; dependiendo de lo que hagamos en ellos, nuestra vida cambiará benevolentemente o no.
El foco, la intención consciente, es esencial durante estos cambios personales para sostener nuestra visión original y permitir lo que viene a nuestras vidas.
Durante esta transición a las dimensiones del alma, cuando aún tenemos traumas—especialmente si nuestro sistema nervioso no ha sido reprogramado—seremos atraídos por nuestras heridas sin sanar hacia un espacio dimensional antiguo, no por karma (eso pertenece al pasado), sino porque se nos brinda la oportunidad de curar y unir lo que todavía no se ha tratado.
Esta ventana de tres años es clave para cerrar capítulos antiguos, liberar contratos del alma y sanar todo lo que nos mantiene atados a una realidad pasada. Somos nosotros los que elegimos cuándo el momento es propicio para sanar y cómo hacerlo.
El universo no tiene prisa; somos nosotros en nuestra batalla egocéntrica buscando llegar al siguiente destino, luchando con lo que no podemos controlar. Nuestra evolución personal no puede apresurarse.
El universo es un organismo amoroso que constantemente nos ofrece oportunidades para reconocer nuestras heridas y sanarlas, hasta que estemos libres de todo lo que todavía llevamos del pasado, para poder finalmente avanzar hacia lo nuevo.
Los dos meses siguientes son vitales para quienes hemos decidido fragmentarnos del viejo paradigma y servir solo a una Fuente: la única Dios.
Es un período importante para quienes están encarnando y expandiendo su misión. Ambos eclipses que ocurren en Virgo y Piscis facilitarán la descenso de nuevos aspectos, si estamos primero en comunión con nuestro monad, desde donde se nos brinda la guía necesaria para continuar con nuestro propósito elegido. También tenemos los Nodos del Destino en Piscis y Virgo junto a Saturno retrogradando nuevamente en Piscis desde el 1.º de septiembre.
La rueda kármica repetitiva del alma está rompiéndose. Los espíritus están siendo liberados de la trampa astral, y cuanto más nos libremos de las trampas y delirios conscientes que aún gobiernan nuestras mentes, más libres seremos para ser quienes somos, siendo el único soberano de nuestra conciencia y destino.
Es un período para no enfocarnos en lo que se muestra a nivel macro, sino en lo que sucede dentro de nosotros, pues sabemos—y lo sentimos—la Verdad.
Es tiempo de centrarnos en lo que vinimos a ser, dentro del amor divino y la humildad, más que en cómo podemos arreglar a otros o al mundo; esas son distorsiones que nos impiden abrazar nuestra esencia y misión.
Que sigan reconociendo su belleza, sabiduría y poder, queridos.
Con Amor Infinito, Natalia Alba.
Soy Espiritual, guía espiritual y terapeuta holística con años de experiencia en meditación, reiki, astrología y coaching, dedicada a ayudar a las personas a conectar con su esencia, sanar bloqueos emocionales y encontrar propósito. A través de soyespiritual.com, ofrezco herramientas como meditaciones, rituales y reflexiones para inspirar un camino de autoconocimiento, amor y plenitud, recordando a cada individuo que la paz y la alegría están dentro de ellos. Cursos Espirituales para el despertar de la consciencia.