Todo lo que ocurre en el Universo requiere nuestra participación para el mayor bien de todos, y todo lo que aportamos personalmente a este proceso de cocreación tiene siempre sus consecuencias, para bien o para mal. Las personas y situaciones que experimentamos en nuestra vida diaria reflejan nuestro mundo interior.
Aunque los resultados finales de lo que co-creamos con los demás no son siempre nuestra elección, o únicamente nuestro hacer, pero aún así se refleja en nosotros de todos modos. ¿Por qué? Porque la energía es el lenguaje del Universo, y el Universo simplemente responderá a lo que emanamos con manifestaciones que coinciden con nuestras energías.
Por ejemplo, si no te gustas mucho a ti mismo y te menosprecias constantemente, tendrás continuamente experiencias vitales que coincidan con tus propias frecuencias energéticas de autodesprecio. Así, es posible que te encuentres con frecuencia con que te faltan al respeto, te juzgan o te critican otras personas.
Otro buen ejemplo son los patrones disfuncionales repetitivos en tus relaciones, como ser siempre el que es engañado. Creer que sus parejas serán infieles y temer siempre lo peor, puede convertirse en un imán para el engaño en cada nueva relación. Las expectativas negativas y la energía temerosa que ponemos en una relación desde el principio acabarán por alcanzarnos.
Para romper estos patrones de energía tóxica, tenemos que entrar en una nueva relación con un corazón abierto y sin miedo, confiando en que si el Universo nos guió hacia el encuentro con esta persona, entonces debe haber una buena razón para ello.
Así que, ¿por qué no te dejas llevar y permites que el Espíritu, Dios, la Fuente, el Universo, lo Divino te guíe hacia tu bien más elevado? Ten fe y confía en el proceso. Si tus propias energías son confiadas, esperanzadas y positivas, entonces la vida a tu alrededor se desarrollará orgánicamente como debe ser. Deja de analizar y de tratar de controlar todo, y permite que la energía vital fluya hacia tu bien más elevado.
Tu mente es un mundo entero, tu corazón es un cosmos entero y tu alma es un universo entero ~ Matshona Dhliwayo
El tiempo y la energía que pierdes preocupándote por cosas que no puedes controlar es un recurso precioso que puede utilizarse para el crecimiento personal y espiritual. Recuerda que lo que envías es lo que recibes del Universo.
Todos estamos conectados como colectivo. Por eso es importante que te rodees de gente que te eleve, te inspire y te anime. El miedo, la negatividad, la incertidumbre y la duda son energías contagiosas, al igual que la alegría, la felicidad, la plenitud y la positividad. Elige un bando. Elige tu tribu.
Si tienes opciones limitadas en cuanto a con quién debes asociarte en ciertos contextos, como el entorno laboral o empresarial, entonces al menos desarrolla estrategias para limitar tu exposición a esas personas y entornos tóxicos en la medida de lo posible. Mantén tus interacciones breves y al grano, y asegúrate de subir el volumen de tu protección energética diaria y de tus prácticas de autocuidado.
Una estrategia que me gusta utilizar es lo que llamo la “técnica de la cancelación”. La aplico cada vez que estoy con alguien cuya energía está en baja vibración, especialmente si la persona empieza a quejarse de lo horrible que es la vida (sí, algunas personas olvidan que deberían estar agradecidas por estar vivas un día más).
En lugar de consentir su negatividad y su mentalidad de víctima, simplemente repito en silencio en mi mente “cancelar, cancelar y cancelar”. Y luego me alejo de la conversación lo antes posible, sin ser demasiado obviamente grosera, porque mi bienestar energético es de vital importancia para mí. Es como el aire que respiro. No puedo permitirme que lo contaminen los ladrones de energía.
Tu mundo exterior es un reflejo directo de tu mundo interior. Si quieres cambiar el mundo que ves, empieza a trabajar en tu mundo interior ~ Camille Sacco
Tenemos que centrarnos en emanar las energías que queremos para nosotros mismos. Debemos convertirnos en lo que esperamos que sean los demás y el mundo que nos rodea. La vida no nos ocurre simplemente, sino que ocurre por nosotros. Depende de nuestra participación, cooperación y aportación.
Asegúrate de participar en el proceso de cocreación con una mentalidad constructiva, productiva y positiva. Al final, se alegrará de haberlo hecho. Eleva tu vibración cada día agradeciendo todas las cosas buenas de tu vida. Mientras tanto, sigue haciendo lo mejor que puedas con los recursos que tienes. Y sé selectivo con el tipo de personas que dejas entrar en tu vida.