La relación entre la oración y el subconsciente, junto con el poder de asumir sentimientos de deseo cumplido, es una herramienta poderosa para alcanzar la plenitud en la vida. En este artículo, profundizaremos en el mensaje central del texto “Sentir es el secreto,” abordando cómo cada uno de sus principios puede ayudar a canalizar deseos y lograr manifestaciones significativas.
1. La oración y el sueño: Puertas hacia el subconsciente
El primer concepto es que tanto la oración como el sueño son caminos hacia el subconsciente, un espacio donde las barreras conscientes disminuyen y la mente es más receptiva a las sugestiones. Durante la oración, la mente alcanza un estado relajado, similar al que se experimenta justo antes de quedarse dormido. Este estado disminuye las influencias del mundo externo y permite que nuestras creencias y deseos profundos entren en el subconsciente, donde pueden germinar.
2. La preparación para la oración es clave, más que el contenido de la oración
No se trata tanto de lo que pedimos, sino de cómo nos preparamos para recibirlo. La oración eficaz requiere una predisposición mental en la que ya hemos aceptado la posibilidad de nuestro deseo cumplido. Esta disposición mental es fundamental, ya que cuando creamos la “realidad interna” de que nuestro deseo ya ha sido cumplido, el subconsciente comienza a alinearse y buscar los medios para realizarlo.
3. Asumir el sentimiento de deseo cumplido
Para que un deseo se manifieste en nuestra realidad, es necesario asumir el sentimiento de que ya se ha cumplido. Esto significa que debemos aprender a generar y sostener las emociones y sensaciones que experimentaríamos si nuestro deseo ya fuera una realidad. Este principio puede sonar simple, pero es fundamental, ya que al experimentar internamente el deseo cumplido, nos predisponemos a vivirlo externamente.
4. La clave está en “ceder” al deseo, no en forzarlo
Uno de los mayores errores al orar o meditar sobre deseos es intentar forzarlos. La clave para orar con éxito, según el texto, es ceder al deseo y no intentar imponerse a la realidad. Cuando logramos soltar el deseo, aceptando internamente que ya es nuestro, liberamos la energía necesaria para que se manifieste. Forzar algo, en cambio, genera resistencia y crea obstáculos.
5. Ignorar los sentidos que contradicen el deseo
El estado de oración y asunción de deseos implica una desconexión de la percepción sensorial. Los sentidos pueden hacernos ver la ausencia de lo que deseamos, pero debemos aprender a ignorarlos. Al centrarnos únicamente en el sentimiento de que el deseo ya está cumplido, superamos cualquier contradicción o evidencia externa que sugiera lo contrario.
6. El estado mental pasivo permite visualizar el deseo realizado
El estado de relajación profunda es esencial para visualizar y experimentar el deseo como ya cumplido. Esta técnica consiste en entrar en una fase de calma y “sueño despierto”, donde uno puede sentir con intensidad la realidad del deseo realizado. Cuanto más profundo sea este estado, más fácil será proyectar las imágenes y sensaciones de una realidad en la que el deseo ya ha sido alcanzado.
7. Atraes lo que eres, no lo que deseas
Este punto enfatiza la importancia de la identidad interna. La oración, según el texto, no atrae lo que deseamos, sino lo que ya somos. En este sentido, lo que sentimos y creemos en nuestro interior define la realidad que vivimos. Si queremos atraer algo en nuestra vida, debemos empezar por transformarnos en alguien que ya posea ese algo, o alguien que realmente crea en la posibilidad de poseerlo.
8. La creación de imágenes mentales en estado pasivo
La imaginación y la visualización en un estado pasivo son herramientas poderosas para manifestar deseos. Este estado relajado nos permite desconectarnos del mundo exterior, alejando las dudas y los bloqueos conscientes. Es en este estado donde la mente, libre de tensiones, puede visualizar el deseo como un hecho realizado y experimentar las emociones asociadas con él, lo cual fortalece la fe en su cumplimiento.
9. “Según tu fe, así será para ti”
Este principio subraya que no atraemos lo que deseamos, sino lo que creemos profundamente que somos. La fe, entendida como sentimiento profundo de certeza, se convierte en el filtro a través del cual la realidad toma forma. Las personas que tienen fe en que ya poseen lo que desean son las que, tarde o temprano, logran ver sus deseos materializados. Esta fe no es un mero pensamiento, sino un sentimiento profundo de realidad interior.
10. Asumir el sentimiento de la identidad deseada
Finalmente, el texto destaca que para realizar cualquier deseo, debemos asumir la identidad de alguien que ya lo ha cumplido. Este concepto va más allá de una simple afirmación mental; implica vivir y sentir en el día a día la realidad de que el deseo ya se ha realizado. Si deseamos prosperidad, debemos sentirnos prósperos. Si queremos amor, debemos sentirnos amados y dignos de amor. Este sentimiento crea una resonancia en el subconsciente, haciendo que nuestra mente y acciones se alineen con la realidad que deseamos manifestar.
Conclusión
El arte de la oración, según este texto, se basa en la asunción del deseo como una realidad ya cumplida, una práctica que puede ser poderosa si la aplicamos con conciencia y sin esfuerzo. Este método requiere disciplina para ignorar las aparentes limitaciones del mundo exterior y entrar en un estado de confianza y serenidad donde nuestro ser interno “siente” la realidad del deseo cumplido. Cuando logramos dominar esta técnica, transformamos nuestra relación con el subconsciente y nos convertimos en creadores conscientes de nuestra realidad.
Este enfoque es útil no solo en la oración, sino también como una práctica diaria de afirmación y alineación emocional que puede tener efectos profundos en nuestra vida.