
Al trascender nuestro espacio tridimensional y adentrarnos en los Mundos Divinos, refinar nuestra línea genética mediante la reprogramación del ADN es fundamental para eliminar todo aquello que no forma parte de quien somos—a nivel del alma y del cuerpo físico. Quisiera seguir resaltando la importancia de limpiar lo familiar, tanto el legado galáctico como el terrenal, antes de avanzar más en nuestro camino de ascensión.
La ascensión ocurre cuando nos liberamos de todas las cargas mentales, genéticas, emocionales y energéticas que llevamos. En mis sesiones he visto que muchos de ustedes no logran conectar plenamente con el amor propio, sanar su cuerpo emocional, abrazar su feminidad o reconectar con su alma y monad debido a traumas umbilicales.
Ese es uno de los bloqueos más importantes a sanar si queremos trabajar en la sanación ancestral, rehabilitación del hara y evolucionar, convirtiéndonos en nuestra propia persona y dejando atrás patrones familiares antiguos.
Muchos siguen atados a energías, creencias e influencias pasadas a través del cordón umbilical; es crucial limpiarlo antes de construir una conexión sólida con su alma y monad.
Limpiar los registros del cordón umbilical y la carga genética que la madre transmite durante el nacimiento es esencial para iniciar el proceso de limpieza genética/epigenética, sanar generaciones anteriores y todo lo que hemos heredado. Este trabajo interior es tan importante que quienes han sufrido trauma natal a menudo presentan también traumas físicos en la adultez, como la endometriosis umbilical; aunque no todos los casos se deben exclusivamente a esa lesión.
El cordón umbilical transmite toda la información genética que empezamos a integrar mientras estamos dentro del vientre materno. Es desde allí donde anclamos nuestros planos de origen provenientes del Yo Divino 12‑dimensional, enviado al nacer e imprimiéndonos con nuestra firma luminosa única, sello astrológico, misión, registros galácticos y todo lo que debemos desarrollar como parte de lo que elegimos ser y hacer en esta vida.
Cuando sanamos espiritualmente el cordón, debemos terminar los contratos antiguos que nuestros ancestros establecieron—sea consciente o no—ya que algunos todavía nos afectan. Estos contratos pueden obligarnos a permanecer en la misma tierra, servir a entidades o formas astrales que ya no deseamos, o cualquier otro acuerdo que no esté alineado con nuestra voluntad y camino presente.
Limpiamos todos los registros mitocondriales heredados exclusivamente por la madre, así como los registros sanguíneos galácticos, terrenales y familiares. Solo lo que es nuestro permanece; aquello que llevamos de otros se elimina, porque no estamos aquí para servir o vivir a través de ellos. Este proceso también influye en nuestra personalidad, creencias y rasgos importantes que nos definirán en la infancia.
El trauma también se hereda si no se limpia; el sistema nervioso reaccionará como lo hicieron nuestros ancestros en momentos de peligro—por ejemplo, quienes vivieron guerras y otros traumas que pusieron su sistema nervioso en modo alerta. Sus futuras generaciones, aun sin vivir tiempos de guerra, heredarán esas sensaciones porque el sistema nervioso las registra con la intención de proteger a los descendientes.
El trauma no se sana con unas pocas palabras amorosas o meditaciones; es un daño serio en nuestros registros históricos de ADN, cuerpos mental y emocional, y nuestra responsabilidad es curarlo en todos los niveles.
Al limpiar nuestro cordón umbilical también liberamos el hara (cordón plateado) de estos registros nacidos que no queremos seguir repitiendo. Así empezamos a sanar y permitir que el cordón plateado se construya y ancle en nuestro alma y monad. De lo contrario, el cordón plateado quedará contaminado por los muchos programas e influencias que aún portamos, obstaculizando su libre flujo hacia nuestras Fuentes Divinas.
Cada parte de nuestro cuerpo humano tiene una función física y espiritual única. Veo a muchos intentando sanar emocional y mentalmente sin recordar la importancia de limpiar estos registros también en el cuerpo físico y ADN; si no se limpia la lesión original, seguirá emergiendo, pues sigue registrada dentro del DNA y el cuerpo.
Con la amplificación de las transmisiones plasmáticas que ahora recibimos de diversas fuentes planetarias, tenemos una oportunidad única para sanar y eliminar todo lo que no esté alineado con quien somos en esencia.
Sobre todo, sé compasivo/a contigo mismo/a mientras atraviesas este proceso. Sé tu mejor amigo y cuidador; solo tú puedes darte todo el amor y cuidado que necesitas hasta anclar tu nueva frecuencia y unirte a tu nueva realidad armónica.
Con Amor Infinito,
Natalia Alba
Soy Espiritual, guía espiritual y terapeuta holística con años de experiencia en meditación, reiki, astrología y coaching, dedicada a ayudar a las personas a conectar con su esencia, sanar bloqueos emocionales y encontrar propósito. A través de soyespiritual.com, ofrezco herramientas como meditaciones, rituales y reflexiones para inspirar un camino de autoconocimiento, amor y plenitud, recordando a cada individuo que la paz y la alegría están dentro de ellos. Cursos Espirituales para el despertar de la consciencia.