
Parece que sí, según un creciente cuerpo de investigación sobre cómo nuestra mentalidad afecta la salud y el bienestar.
Comencemos con un estudio fascinante (aunque algo desagradable). Investigadores de la Universidad Carnegie Mellon administraron gotas nasales con virus de resfriado o influenza a 193 voluntarios sanos. Antes, se evaluó el estilo emocional de cada persona, es decir, si tenían una perspectiva más positiva o negativa de la vida.
Las personas con un estilo emocional positivo tienden a enfrentar los estrés de la vida con más calma. Quienes tienen un estilo negativo son más propensos a sentir frustración, ansiedad o estrés ante los mismos eventos.
Tras recibir las gotas, todos fueron puestos en cuarentena durante el estudio. Cada día, los investigadores recolectaban y pesaban los pañuelos usados de los participantes. Restando el peso seco del pañuelo al total, podían calcular cuánta mucosidad producía cada persona (no es el trabajo soñado, pero es una forma sorprendentemente efectiva de medir la severidad de los síntomas).
¿Los resultados? Reveladores.
Los participantes con el estilo emocional más positivo producían mucha menos mucosidad y tenían menos síntomas en general. Aunque no todos se enfermaron, quienes tenían un estilo emocional negativo eran mucho más propensos a contraer el virus que aquellos con uno positivo.
La conclusión: nuestro estilo emocional juega un papel mucho más importante en la salud de lo que podríamos imaginar. Una perspectiva positiva puede ser protectora.
Y este vínculo entre actitud y salud va mucho más allá del resfriado común.
Actitud y longevidad En la Clínica Mayo, un estudio de 30 años con 447 personas encontró que los optimistas tenían un 50% menos de riesgo de muerte prematura en comparación con los pesimistas. Los investigadores concluyeron sin rodeos:
“Mente y cuerpo están conectados, y la actitud tiene un impacto en el resultado final: la muerte.”
Otro estudio a largo plazo en Yale siguió a 660 personas mayores de 50 años. Analizó cómo nuestras actitudes hacia el envejecimiento afectan nuestra salud y esperanza de vida. A los participantes se les preguntó si estaban de acuerdo con afirmaciones como: “Las cosas empeoran a medida que envejezco” o “A medida que envejeces, eres menos útil.”
Quienes rechazaron estas afirmaciones negativas —quienes veían el envejecimiento de forma más positiva— vivieron, en promedio, 7.5 años más que aquellos con las percepciones más negativas del envejecimiento.
De manera similar, un estudio holandés con 999 personas mayores de 65 años encontró una fuerte relación protectora entre el optimismo y la longevidad. Los optimistas no solo vivían más, sino que también tenían un 77% menos de riesgo de enfermedades cardíacas.
¿Qué está pasando aquí? La ciencia detrás Entonces, ¿por qué existen estos efectos?
Un factor importante es el estrés. Una mentalidad positiva suele significar que respondemos a los mismos desafíos con menos estrés.
Imagina a dos personas atrapadas en el tráfico camino a un evento importante. La que tiene una mentalidad negativa podría sentirse enojada, ansiosa y quejarse repetidamente, pensando en qué desastre es esto. Su respuesta al estrés se activa: el ritmo cardíaco aumenta, la presión arterial sube, la mente se nubla. Esta reacción, aunque útil en peligro, se vuelve perjudicial si es el patrón habitual.
Ahora piensa en la persona con una mentalidad más positiva. Puede sentirse molesta brevemente, pero acepta la situación. Mantiene la calma suficiente para pensar con claridad, tal vez incluso encuentra una ruta alternativa. Su cuerpo permanece más relajado y su mente más aguda.
Cuando esta respuesta más adaptativa se convierte en la norma, protege al cuerpo del daño a largo plazo que viene con el estrés crónico: mayor riesgo de enfermedades cardíacas, derrames cerebrales y más.
En resumen, la positividad no solo se siente mejor. Es mejor para tu cerebro, cuerpo y hasta tu esperanza de vida.
¿Quieres ser más positivo? Aquí tienes 3 sugerencias:
- Practica la amabilidad
La amabilidad es un poderoso antídoto contra el estrés. Mientras que el estrés activa el sistema de lucha o huida, la amabilidad activa lo opuesto: el lado calmante y conectivo de nuestro sistema nervioso.
¿Te sientes tenso o abrumado? Intenta hacer algo amable. Contacta a alguien, ofrece apoyo, envía un mensaje considerado o ayuda a un vecino.
Y si las personas son tus factores de estrés, juega con la idea de que nunca sabes qué están enfrentando los demás a puerta cerrada. Tal vez puedas identificarte con eso.
De cualquier forma, incluso pequeños gestos pueden cambiar nuestro paisaje emocional y reformular cómo vemos los factores de estrés de la vida.
- Agradece lo que tienes
La gratitud puede reconectar el cerebro con el tiempo. Nuestra mentalidad es, en muchos sentidos, un hábito. Una mentalidad negativa es simplemente un hábito de buscar problemas o esperar lo peor. Pero los hábitos pueden cambiarse.
Escribir de 5 a 10 cosas por las que estás agradecido cada día ayuda a entrenar tu cerebro para notar lo que va bien. Con la práctica, comenzamos a inclinarnos más hacia la luz que hacia la sombra.
- Di “Lo manejaré”
En Siente el miedo y hazlo de todos modos, Susan Jeffers nos anima a decir estas tres palabras cuando enfrentamos algo difícil: “Lo manejaré”.
Es una frase simple, pero poderosa. Nos recuerda nuestra capacidad para lidiar. Y cuanto más la practicamos, más recordamos cuántas veces hemos manejado cosas en el pasado, lo que genera confianza para el futuro.
Reflexiones finales La positividad, al parecer, realmente es poderosa. No de una manera superficial de “solo piensa cosas felices”, sino de una forma fundamentada, científica y que mejora la vida.
Por supuesto, nadie es positivo todo el tiempo. A veces, un pequeño lamento es terapéutico. Y muchas personas usan un poco de negatividad como una especie de armadura emocional para prepararse para contratiempos o suavizar decepciones. Eso también tiene su valor.
Pero en general, la investigación es clara: con el tiempo, una mentalidad positiva tiende a ser menos estresante, más adaptativa y mejor para nuestra salud.
Y podría darnos unos años más de vida saludable en este planeta.
Copyright 2024 David R. Hamilton PhD.
Soy Espiritual, guía espiritual y terapeuta holística con años de experiencia en meditación, reiki, astrología y coaching, dedicada a ayudar a las personas a conectar con su esencia, sanar bloqueos emocionales y encontrar propósito. A través de soyespiritual.com, ofrezco herramientas como meditaciones, rituales y reflexiones para inspirar un camino de autoconocimiento, amor y plenitud, recordando a cada individuo que la paz y la alegría están dentro de ellos. Cursos Espirituales para el despertar de la consciencia.