Saludos, soy Metatrón, guardián del cubo sagrado, guardián de la sacralidad de ti.
No siempre te ves a ti mismo de esta manera, pero yo te veo por lo que realmente eres.
Hay momentos en los que clamas al cielo y te preguntas cómo puedes seguir adelante. Te preguntas cómo otros pueden continuar. Pero tienes el poder dentro de ti, y hoy te traigo ese recordatorio, ya sea esta noche, esta mañana o en cualquier momento en que camines sobre la Tierra, como yo lo hice, y también camines en un espacio superior.
Soy conocido como el escriba, así que te entrego mi pluma sagrada para que ahora puedas formar y escribir aquello que estás pidiendo.
Hay una razón por la que las cosas se escriben. Puedes escribirlas en tu corazón, en un pergamino, en el aire o en la arena. Pero toma este momento para establecer tus intenciones. Yo ya sé lo que está en tu corazón, pero para que seamos verdaderos compañeros, te pido que me las traigas ahora.
Además de ser el guardián del cubo sagrado, también superviso el Árbol de la Vida.
Hay muchos árboles, pero dentro de cada una de tus esencias sagradas también hay un árbol, un Árbol de la Vida, como lo llamamos, que forma tu cuerpo energético, tu cuerpo de luz, y que se manifiesta en columnas.
Estas columnas se dividen en una columna izquierda, una columna derecha y una columna central. Estas columnas están destinadas a trabajar juntas y unirse como una trenza.
¿Has visto muchas veces las trenzas entrelazadas? Las trenzas de tu ADN, las trenzas que se ven en ciertos tipos de panes y delicias horneadas. Son un recordatorio de que siempre tienes el poder de unir estas tres columnas.
¿Y cómo haces eso? Creyendo que puedes caminar en vibraciones más altas, recordando que nunca estás solo y que la Luz que eres, que desciende cuando la llamas, vendrá y unirá estas tres columnas.
Así que ahora llamemos a esa Luz y dejemos que descienda.
Que baje por el lado derecho de tu esencia sagrada, y ahora por el lado izquierdo, tu esencia sagrada. Que baje ahora por el centro, y que estas tres columnas, llenas de Luz, comiencen a formar la trenza.
En este espacio, eres más poderoso de lo que siquiera imaginas. Eres tan poderoso como crees que nosotros somos. Ahora, con esta Luz y la unión de estas partes sagradas de ti, puedes cambiarlo todo.
Así que ahora me despido y te recuerdo la pluma que te he dado, para que puedas escribir en esta trenza lo que deseas cambiar, lo que deseas manifestar, lo que estás listo para recibir.
Adiós. Siempre estoy aquí.
Con amor,
Lee
