Nuestra melodía favorita nos puede ayudar a reiniciar con energía un mal día en el trabajo o en casa.
Una de las mejores recetas para el alma acongojada es sin duda la música. Al igual que una receta médica, se necesita de cierta combinación exacta de notas graves o agudas a un determinado ritmo para recuperar el ánimo y alejarnos por unos momentos de nuestros problemas que atrapan nuestra mente y nos paralizan.
Tal y como ocurre al escuchar una canción en un gimnasio para conseguir un mayor rendimiento, sucede lo mismo cuando necesitamos de una recarga de energía a partir de cierta melodía que nos haga evocar un momento feliz de la infancia o una experiencia inolvidable en el amor.
El tiempo se detiene, la tensión se disipa y el cerebro procesa más información para evocar las imágenes de aquel suceso feliz y glorioso, haciendo que por varios minutos nos olvidemos de aquella molestia física o mental que nos perturba y hace perder nuestro día.
Para los especialistas, la música tiene esa facilidad de distraernos de nuestro mundo consciente, en especial cuando nos sentimos fatigados y a punto de llorar, para luego reiniciar la jornada con una mejor actitud.
Así como el deportista deja de pensar en el dolor de piernas por el estímulo sensorial que recibe, nosotros dejamos de lado la tristeza y el desánimo del presente para concentrarnos más en unir las piezas de ese recuerdo feliz.
Gracias al desarrollo de la tecnología, hoy contamos con equipos de sonido para la intimidad del hogar, aplicativos móviles con amplios catálogos de géneros musicales y auriculares inalámbricos que nos otorgan total libertad y calidad de sonido, para escuchar nuestras canciones preferidas en cualquier momento.
Géneros musicales
Sobre los géneros musicales, los especialistas afirman que el pop, heavy metal y el rock son los mejores para ejercitarse, así como ciertas baladas son las mejores para recuperar la esperanza.
Esto sucede porque los ritmos rápidos generan una mayor activación motora y sincronización de nuestras emociones con el impulso físico.
De acuerdo con las investigaciones, las notas agudas tienen un mayor impacto en el sistema nervioso de la persona, provocando que se mantenga en situación de alerta y aumento de los reflejos, en caso el cansancio nos quiera vencer.
En cambio, las notas graves de los instrumentos de viento son ideales para combatir la tristeza o el desánimo en un momento de tensión porque mejoran la relajación al producir una sensación de tranquilidad.
Terapia
Este efecto es usado por diversos terapeutas para inyectar dosis musicales que ayuden a superar problemas como la depresión o la ansiedad, tan recurrentes en tiempos de pandemia, e incluso para calmar dolencias crónicas.
Como salida alternativa, la musicoterapia ahora también tiene injerencia en la solución de problemas con las drogas, el estrés laboral y hasta el déficit de atención de los niños.
Y es que, a partir de una determinada melodía, el especialista puede evocar la emoción que necesita para cambiar la predisposición del paciente a recibir el tratamiento y así asociar la música a un sentimiento feliz.