Las palabras tienen mucho poder, especialmente las que eliges usar con tus pequeños. Y aunque algunos padres se aferran a usar un lenguaje más estricto y a exigir nada más que grandeza, la ciencia ha demostrado que hablar con palabras de aliento te lleva mucho más lejos.
Cuando se trata de cómo le hablas a tu hijo, ¿qué tipo de palabras utilizas? ¿Las palabras positivas superan a las negativas?
La perfección no es posible, y ser un padre perfecto es una meta que nadie alcanzará nunca. Y aunque la perfección no es alcanzable, las palabras que utilizas y el tono que empleas tienen un gran impacto en la mente y el desarrollo cerebral de tu hijo.
Aquí tienes 6 poderosas frases para usar con tu hijo y potenciar su desarrollo cerebral:
“Voy a guardar la tableta, vamos a leer un libro juntos en su lugar”.
En los tiempos modernos, tenemos la comodidad de entregar una tableta o un iPad a nuestros hijos para mantenerlos ocupados. Sin embargo, esta comodidad tiene un coste: el correcto desarrollo del cerebro de tu hijo. Mientras que un poco de tiempo de pantalla puede estar bien, leerles un libro va a hacer mucho por sus habilidades lingüísticas, verbales y sociales. Así que, cuando puedas, ¡opta por el libro!
“Sólo eres un buen niño que está pasando por un momento difícil. Estoy aquí para ti”.
En el fragor del momento, puede que te sientas tentado a decir: “¡Te estás portando muy mal ahora mismo!”. Pero, cuando lo hace, está metiendo a su hijo en una caja con una etiqueta, y eso puede, en última instancia, hacer más daño que bien. En su lugar, diga: “Eres un buen chico y estás pasando por un momento difícil. Estoy aquí para ti”.
“Todavía no puedes hacerlo, pero si sigues practicando, pronto será fácil”.
Cuando notes que tu pequeño se desanima por no resolver algo, asegúrate de que sepa que todo requiere práctica. Anímale a seguir intentándolo y, finalmente, lo conseguirá.
“No pasa nada, los errores hacen crecer tu cerebro”.
Esta es otra gran idea para inculcar una mentalidad de crecimiento. Los errores no son el fin del mundo. Sinceramente, son inevitables. Si se desaniman cuando se equivocan, recuérdales de forma sencilla que el fracaso es una oportunidad para crecer.
“Vamos a probar un poquito de esos guisantes, una vez más”.
Los niños y las personas siguen cambiando sus preferencias alimentarias a lo largo del tiempo, e incluso a veces a diario. Y aunque a veces esto puede ser desalentador, sobre todo si acabas de conseguir que les gusten las coles de Bruselas sólo para que dejen de comerlas unas cuantas comidas más adelante, la ciencia demuestra que es clave ser persistente. Aunque no debes forzarles ni regañarles por no probarlas, si haces que las cosas sean divertidas y les recuerdas lo fuertes que serán por comer bien, es más probable que lo intenten, que lo vuelvan a intentar.
“Resolvamos juntos este rompecabezas”.
Los rompecabezas, los juegos y otras actividades similares son maravillosos para ayudar a tu hijo a mejorar sus habilidades motoras y su coordinación mano-ojo. Y es muy importante animarles a trabajar en ellos y a resolverlos. La clave es no lanzarse a hacerlo por ellos, sino hacerlo con ellos.