“Querida hija, desde el momento en que supe que estaba embarazada de ti, comencé a rezar para que tuvieras ojos para verte con los ojos de tu Creador. Cuando me enteré de que iba a tener una niña, me llené de una alegría abrumadora y de un miedo innegable. En un mundo que sigue consumiéndose cada vez más con la apariencia física de las mujeres y las presiones para ser bellas, para ser delgadas, para ser jóvenes y para ser perfectas… la carga de enseñarte a amarte de verdad se siente un poco como tratar de nadar por una cascada con mis dos manos atadas a la espalda.
Temo el día en que te mires al espejo y frunzas el ceño, descubriendo por primera vez algo de ti que no te gusta en tu reflejo. Eso me rompe el corazón, porque ahora mismo, en tu preciosa inocencia, tus ojos se iluminan cuando ves tu reflejo y no tienes más que placer por lo que eres y por lo que Él te ha hecho ser. Mi querida niña, eres absolutamente hermosa. Literalmente me deja sin aliento. Pero espero y rezo para que tu belleza física se convierta en lo menos interesante de ti y ocupe un lugar muy bajo en el tótem de los valores que te das a ti misma.
Mientras te veo deleitarte con tu reflejo, me apena un poco recordar las interminables batallas mentales a las que me enfrentaba con mi propia imagen. Sinceramente, todavía lucho con algunos de los pensamientos incluso ahora. Pero verte deleitarte en ti misma y en lo que fuiste creada para ser me está enseñando a deleitarme en mí también. Tú y yo, mi dulce niña, hemos sido creados de forma maravillosa y con temor. Fuimos creados a su imagen, imperfectamente perfectos en todos los sentidos, y Él se deleita en nosotros.
Me has desafiado a ser intencional sobre las palabras que digo y los pensamientos que tengo sobre mí misma, mi apariencia y mi cuerpo. Si quiero que tengan una imagen positiva de sí mismos, debo ser intencional y hacer el duro trabajo de tomar mis propios pensamientos cautivos y renovar mi mente diariamente. El arma más grande que tengo para ayudarte en las batallas que enfrentarás es modelar una imagen propia saludable para ti. No se me escapa que yo seré tu primera maestra y posiblemente tu mayor influencia mientras creces y te desarrollas como mujer. Mi cuerpo ha cambiado desde que te llevé a ti y a tu hermano, y cada día envejezco más.
El cambio es a veces difícil de aceptar, pero estoy eligiendo ver los cambios en mi cuerpo como hermosos recordatorios de los regalos que mi cuerpo me ha dado a través de su increíble fuerza y protección para nutrirte, ayudarte a crecer y mantenerte a salvo. Cada día que envejezco es un día más que puedo pasar en esta tierra contigo y con tu hermano. Cuanto más envejezco, más larga es mi vida con vosotros, y siempre estaré agradecida por ello. Cada día aprendo más y más que nuestros cuerpos no son nuestra identidad: son simplemente los recipientes que nos han dado para llevar nuestras almas y son lo menos interesante de nosotros. Rezo para poder enseñaros a amar el recipiente que se os ha dado para viajar por esta vida, y a tratarlo siempre con amor, compasión y amabilidad.
Sé que no puedo protegerte de las presiones del mundo en el que crecerás. La cultura de las redes sociales, las trampas de la comparación y las presiones de la sociedad para ser “bella”, para ser delgada, para no tener arrugas ni estrías y para perseguir un estándar de belleza imposible que cambia y se hace más inalcanzable cada día. Sin duda, estoy segura de que habrá momentos en los que te compararás con otra persona. Nuestra sociedad y nuestra cultura probablemente seguirán diciéndote a ti y a otras chicas jóvenes que tienes que encajar en una caja o en un estándar, y que para ser relevante y tener valor debes ser o tener un aspecto determinado.
Rezo para poder darte la base que necesitarás para que un día te mantengas erguida y valiente contra los estándares de la sociedad, amando ferozmente cada parte de ti misma en un mundo que te alentará a que te desprecies a ti misma. Estoy segura de que no podré hacerlo perfectamente y estoy segura de que no siempre haré o diré las cosas correctas, pero espero poder ser siempre un lugar seguro para que proceses tus sentimientos: las delicias y las alegrías de la vida, así como las pruebas y las dificultades, incluidas las que puedas enfrentar con tu propia imagen. Me comprometo a navegar a través de todo esto contigo, y estaremos juntos en este viaje. Ya me estás enseñando lo que espero poder enseñarte y mostrarte con el tiempo a medida que crezcas.
